
¿Dónde estás mi pequeño niño que arrullarte quisiera y hacerte dormir en mi regazo silencioso.? Deslizar mis besos sobre tu frente de alabastro mientras los ángeles entonan un triste canto, bajo el árbol de cerezos. ¿Dónde estás amado hermano? Joya arrancada al viento, consolación que viaja desde tu voz hasta mis brazos. Eres tú mi medicina cuando el llanto se hace amargo. Nadie como tú para acariciar mis miedos, para prepararme refugio entre los pliegues de tu cuello. Y de pronto la sanidad en mi alma descansa, porque tú y yo somos uno, mi niño, de aquí hasta la esperanza de nuestro albo encuentro en la eternidad. INGRID ZETTERBERG Dedicado a mi amado Camilo Sesto De mi poemario "Joyas de mi alma" Derechos reservados Safe Creative Cta. 1006080193112