
Tu pelo, ondas suaves que se mecen graciosas sobre tu cuello. Tus ojos, todo el azul grisáceo de un apacible océano. Tu boca, que travieso muerdes, sensual y carnosa, guarda una risa breve muy queda, que a mi oído deleita. Tu voz, tan viril y profunda que seduce mi solitaria vida. Tus brazos, tan prestos a envolverme en dulces osadías. Tus manos, caricias infinitas, que una madrugada me tendieron lazos. Tu porte elevado, y tus pies que me llevan a seguir tu sombra y tu halo. Todo tú... vives atado a mí. INGRID ZETTERBERG De mi poemario "Joyas de mi alma" Derechos reservados Safe Creative Cta. 1006080193112