
Gran daño me hace tu ausencia a pesar de ese secreto tan sagrado que me une en dolor y desespero a tu alma que es toda mía. A diario eres mi consuelo, pues mientras caen mis lágrimas me acercas suave a tu pecho; que todo está bien me dices, que no es cierto lo que temo. Pues me envolvían tinieblas pensando en tu rumbo eterno, mi dulce hermano y amigo que te has ido a morar lejos. Se nos fue la vida a ambos y no te mostré mis versos, mas quizás en tu distancia has aprendido a leerlos. Eres tú mi inspiración manifestado en mi sueño, eres el ángel azul por el cual son mis lamentos. Esencia de mi existir, un rincón del manso cielo te cobija con ternura y ese será el plan perfecto de nuestro Padre Creador que me da un alivio inmenso. INGRID ZETTERBERG De mi poemario "Joyas de mi alma" Derechos reservados Safe Creative Cta. 1006080193112